La relación entre la lactancia materna y la calidad de la relación madre-bebé ha sido objeto de atención en los últimos años, dado que ambos factores influyen en el desarrollo emocional y psicológico de la madre y el niño.
A partir de una revisión sistemática de estudios que exploran cómo la lactancia materna puede afectar las interacciones madre-bebé y cómo estas, a su vez, pueden impactar en la salud emocional de ambos se encontró que la lactancia materna tiene una influencia positiva en el vínculo afectivo entre madre e hijo, promoviendo una relación más estrecha, emocionalmente segura y satisfactoria. Las madres que practican la lactancia exclusiva o prolongada tienden a reportar una mayor satisfacción con su rol maternal y una mayor capacidad para manejar las demandas emocionales del cuidado infantil. Además, los bebés que son amamantados muestran comportamientos más positivos en términos de apego y seguridad.
Este estudio subraya la importancia de fomentar la lactancia materna no solo por sus beneficios nutricionales, sino también por su impacto positivo en la relación madre-bebé. Programas de apoyo a la lactancia podrían ser fundamentales para promover vínculos más saludables y una mejor salud emocional en el postparto.